domingo, 5 de septiembre de 2010

Sobre la feminización del rol docente

Ayer, en medio de una clase hablamos sobre la feminización del rol docente. Hubo aportes de distint@s alumn@s, hubo discusión, a esa discusión quiero agregar un texto de Pineau
"Amores de mapoteca. Lujuria y normalismo en la historia de la educación argentina" http://www.revistalatia.com.ar/pdf/08pineau.pdf
El texto plantea que ya en la génesis misma del rol docente, este se encontraba asociado a lo femenino y tenía escaso prestigio social. La mujer que elegía la docencia era percibida como un ser lleno de lujuria. Aun hoy el imaginario social hegemónico se guía por las imágenes de género heredadas de siglo XIX, en las cuales había dos posiciones fijas e inmutables: el hombre, que representaba a la normalidad, y la mujer a la patología.
"Mientras lo masculino se asocia a la salud, lo femenino lo hace a la enfermedad.
Condenada a “parir con dolor”, la mujer se presenta siempre indispuesta, con
dificultades, mareos, jaquecas, desmayos, dolores y otras aflicciones. En
consonancia, el macho es seco, -porque “los hombres no lloran”-, y la hembra es
húmeda: llora, sangra, suda. Por eso, la muerte ideal de un hombre se produce
“en sequedad” –v.g- un accidente cardiovascular-, y la de una mujer en humedad,
en un lecho empapado en el cual drena sin pausa. Finalmente, él es recto y
erecto, “no se anda con vueltas”, mientras ella es cíclica: tiene sinuosidades
pronunciadas, climaterios, “cambios de carácter inesperados, momentáneos y
pasajeros”, y curvas asociadas al ciclo reproductivo. A su vez, esta condición la
inscribe en la naturaleza, donde el paso de tiempo se verifica en la sucesión
continua, inmodificable y monótona de módulos predeterminados (noche-día, las
estaciones, etc.). Todo esto volvía a la mujer una criatura tonta y fácilmente
engañable, frívola, voluble y volátil.
Como en muchos otros países del mundo, en la Argentina de fines de siglo XIX
tuvo lugar un proceso de feminización de la población docente en forma
geométrica. En simultáneo. La escuela -considerada un baluarte de la civilización
y el progreso para las posiciones más modernas-, para ciertos códigos morales
era un lugar lleno de objetos pecaminosos, por lo que la combinación mujerescuela
se presentaba como un peligro social."
Materias como ed. cívica eran puertas de entrada a las mujeres a lugares de los cuales debían estar alejadas para resguardar su moral.
En la escuela la mujer entraba en contacto con mujeres que no eran de su flía y también circulaba uno de los más fuertes corruptores del alam: el dinero. Quien recibía un salario era asemejada a una prostituta.
la mujer era una segunda madre, pero a SUELDO, corrompida por el pecado y la ambición. Ser maestra escondió históricamente la posiblidad de ser una mujer inmoral. Hay una famosa novela de M Galvez" La maestra normal", en la que se demuestra que la felicidad fuera de las normas es imposible, y que las normas son menos estrictas con los hombres.
Espero que el aporte haya servido para una mejor comprensión.
Recomiendo también la bibiografía con la cual trabaja el autor.

Saludos!

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